domingo, 21 de noviembre de 2010

Historia de Villa Felicidad ... lo que rescatamos

ORÍGENES
Las tierras donde hoy está ubicada “Villa Felicidad” y otras vecinas pertenecían al Señor Viñoly Castro. Hacia el año 1953, la familia Cabrera, conocidos del mencionado Señor, le compran a este una casa sobre la ruta 5: “Brigadier General Fructuoso Rivera”. Allí, en el kilómetro 32, se instalan con un pequeño almacén de ramos generales y bar, en un campo rodeado por quintas frutales.
En el año 1954, el Señor Viñoly Castro con el Escribano Laserre publicaron avisos para vender los terrenos que había en ese lugar que se llamaba “Villa Felicidad”. Los interesados tenían una entrevista con estos señores en el bar del Señor Cabrera. Luego el Señor Viñoly Castro  los llevaba a un recorrido por el barrio para que eligieran los terrenos, los cuales se vendían a pagar en un plazo de treinta años, en cuotas mensuales, financiado por el Banco “San José”. En las dos primeras cuadras el valor era de $79 por mes, en las cuatro cuadras siguientes  $19 y donde más tarde sería la plazoleta, cerca de la vía los terrenos solo eran vendidos a $12 mensuales. Después de muchos años se supo que estos últimos terrenos no se podían fraccionar porque eran inundables. Se dejó un terreno junto a la vía destinado a espacios verdes, más tarde se hicieron canchas de fútbol.  
El comprador del terreno debía hacer un galpón. Les daban los bloques y el hierro para comenzar a construir, cuando estaba lista las vigas hasta las aberturas, se les daba el hierro para hacer  la  planchada. Como los terrenos eran baratos y con buenas facilidades de pago, muchos jubilados edificaron casas para pasar los fines de semana. Más tarde muchas de esas casas fueron vendidas a otras familias. Es en el año 1957 cuando más familias vinieron a vivir a la villa. Algunas de estas familias eran:  Fazio, Zunino, Sierra, Oreiro, Cabrera y Correa. Estos últimos tenían un tambo con quince vacas  y vendían leche en la villa y sus alrededores.
Muchas de estas familias tenían niños y les preocupaba la falta de agua y luz. Es así que comenzaron a construir pozos semisurgentes en dos esquinas para que los vecinos obtuvieran el agua. En la mitad de la villa colocaron una canilla con bomba. Tiempo después, los vecinos consiguieron el tendido eléctrico que entraba por la calle principal y de ahí la fueron extendiendo a las calles transversales. Algunos de estos vecinos también construyeron sus propios pozos semisurgentes.
Donde hoy está ubicado el mercadito “El popular”, vivía la familia Vizcaíno con almacén de ramos generales y bar. También se instaló la familia Carrera con carnicería en la esquina de la ruta. Como no había puestos de verduras, la gente se trasladaba hasta el camino Cuatro Piedras para abastecerse de las mismas en la quinta de la familia Mion. Era un deleite para los sentidos la cantidad y variedad de verduras que allí había.

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